Contenidos
- 1 Introducción
- 2 Historia
- 3 Epidemiología
- 4 Diagnóstico de esta patología
- 5 Síntomas asociados al Síndrome de respuesta inflamatoria sistémica
- 6 Clasificación de esta patología
- 7 Factores de riesgo asociados al SIRS
- 8 Causas del síndrome de respuesta inflamatoria sistémica
- 9 Tratamiento para el síndrome de respuesta inflamatoria sistémica
- 10 Complicaciones asociadas con esta patología
Introducción
Nuestro organismo está dotado con uno de los sistemas más especializados que se conocen, se trata del sistema inmunitario, cuya función principal es la de proteger al organismo del ingreso y posterior ataque de sustancias que resulten posiblemente nocivas. El actúa reconociendo y respondiendo a los antígenos, los cuales se definen como todas aquellas sustancias que por lo general son proteínas, que con frecuencia se encuentran adheridas a la superficie de las células, los virus, los hongos o las bacterias.
Una de las formas de responder a estas sustancias que tiene el organismo es la inflamación. A menudo, esta surge como una respuesta del sistema inmunológico a sustancias extrañas tales como virus y bacterias. La inflamación se produce una vez que ha ingresado la sustancia, se envía una señal de alarma para que la médula ósea inicie la producción de diversas clases de glóbulos blancos, los cuales una vez producidos son transportados a través del torrente sanguíneo hasta el lugar de la infección.
Es de hacer notar que, una de las respuestas inflamatorias más frecuentes es el síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (SRIS), el cual consiste en un cuadro clínico que surge a partir de síntomas asociados a una patología. En este caso, una vez que se produce el proceso inflamatorio este se mantiene debido a la actividad de las células inflamatorias que son capaces de sintetizar y secretar mediadores pro y antiinflamatorios, los cuales son conocidos como Sistema Celular Inflamatorio (SCI).
Además hay que tener en cuenta que, el síndrome de respuesta inflamatoria sistémica se ha convertido en un indicador de alarma ante la presencia de cualquier patología en la que se desarrolle. Existen factores que indican el pronóstico del paciente, y uno de estos lo constituye el tiempo de duración del síndrome de respuesta sistémica inflamatoria.
Historia
El síndrome de respuesta inflamatoria sistémica se destaca porque el paciente que lo sufre, presenta inflamación en la zona afectada. Cornelius Celsus, un médico nacido en Roma, destacó que esta sintomatología presenta calor, dolor, coloración y tumor. Luego John Hunter da una definición más específica, declarando que se trata de una reacción del organismo al daño.
Para 1958, Wirchow toma los aportes de Celsus y los complementa. Destaca que se produce una impotencia funcional. Además amplia los conocimientos que se tienen acerca de la patología celular. Pasteur, Erlich y Koch demuestran que existe una relación entre la inflamación y la presencia de organismos nocivos para el organismo. Dan a conocer por primera vez los anticuerpos.
Epidemiología
El sistema celular inflamatorio es el que se activa cuando se desarrolla el síndrome de respuesta inflamatoria sistémica; este sistema tiene como misión proteger nuestro organismo con la eliminación de cualquier agente nocivo, así como la recuperación de la homeostasis y fomentar la reparación de los tejidos dañados. Cuando el SCI es activado a través de la vía sistémica, bien sea por múltiples traumatismos o por septicemia, lo que lleva a que las citoquinas se produzcan en mayor cantidad, con lo cual se genera el SRIS, el cual puede ser mortal.
Al tratarse de una infección severa, esta puede desarrollarse en cualquier individuo. Sin embargo, existe un grupo de personas que son más propensas a desarrollarla, siendo bastante recurrente en adultos de edad avanzada, mujeres en estado de embarazo y niños con edades inferiores a 1 año. También, se ha notado mayor incidencia en personas que padecen cierto tipo de enfermedades crónicas, dentro de las que se pueden incluir patologías como: diabetes, enfermedades a nivel del hígado o pulmones, o cáncer. Además las personas con sistemas inmunitarios bajos, también se convierten en firmes candidatos a desarrollar este síndrome.
Diagnóstico de esta patología
En el caso de esta patología, los médicos con frecuencia prescriben varias pruebas, esto con la finalidad de identificar cual es el foco infeccioso primario. Es importante tener en cuenta que, la sangre no es el único fluido corporal que puede ser evaluado y que nos puede revelar alguna información sobre el síndrome e incluso contribuir con el tratamiento. Existen varios análisis que se les pueden hacer a los otros fluidos así como la información que estos pueden arrojar.
Análisis de sangre
Con este tipo de análisis, puede el médico evaluar: presencia de infección, función hepática o renal deficiente, problemas de coagulación, insuficiencia de oxígeno, así como la presencia de un desequilibrio de electrolitos. La sangre a analizar es tomada de distintos lugares.
Análisis de orina
Los estudios de este tipo de fluido son recomendados con frecuencia debido a que uno de los factores asociados con el desarrollo de este síndrome es la presencia de una infección a nivel de las vías urinarias.
Secreciones de heridas
En el caso del paciente que presente una herida que pueda estar infectada, se hace necesario el análisis de una muestra de la secreción emanada de la herida. Esto con la finalidad de determinar que bacteria está presente y cuál es el antibiótico más efectivo.
Secreciones respiratorias
El estudio se centra en la presencia de mucosidades, que con frecuencia son expulsadas al toser (esputo). Estas pueden ser analizadas con la finalidad de identificar qué tipo de germen es el responsable de producirla infección.
Estudios de diagnóstico por imágenes
Con frecuencia este tipo de estudios son utilizados para poder ubicar con más precisión, en que sitio exactamente se encuentra la infección. Dentro de este grupo de estudios tenemos: radiografías, tomografía computarizada (TC), ecografía e imagen mediante resonancia magnética.
- Radiografías: este tipo de estudios radiológico, son ideales cuando el médico desea realizar estudios específicos a nivel de los pulmones.
- Tomografía computarizada (TC): en el caso de que la infección se localice en el apéndice o en el páncreas, el diagnóstico se hará mediante una exploración a través tomografía computarizada. Este tipo de prueba permite la toma de imágenes transversales desde varios ángulos. Una vez que estas se combinan, se obtiene una figura tridimensional de las distintas estructuras internas del cuerpo, que permite realizar un diagnóstico más veraz.
- Ecografía: mediante un ecógrafo, se obtienen imágenes en tiempo real, las cuales son producto del uso de ondas; estas son representadas a través de un monitor de video. Son las ideales cuando se desea identificar infecciones a nivel de la vesícula o en los ovarios.
- Imagen mediante resonancia magnética (IRM): esta es la prueba ideal para determinar si existe presencia de infección a nivel de tejidos blandos. Para generar imágenes de cortes transversales, se utilizan ondas de radio, acompañado de un campo magnético. De esta manera, se podrán estudiar las estructuras internas de manera más específica.
Síntomas asociados al Síndrome de respuesta inflamatoria sistémica
Cuando una persona presenta el síndrome de respuesta inflamatoria sistémica, la sintomatología varía dependiendo del tipo de sepsis y la intensidad de esta. Se destacan síntomas como:
- Se observa variación en el estado mental.
- La presión sistólica se registra por debajo de los 100 mm Hg.
- En cuanto a la frecuencia respiratoria, esta se ubica en 22 o más respiraciones por minuto.
Cuando el tratamiento no funciona, la sepsis avanza en la mayoría de los casos, donde el pronóstico apunta a un choque séptico. De llegar a suceder, se observan signos y síntomas como: presión arterial diastólica por debajo de los 65 mmHg, así como altas cantidades de ácido láctico presente en la sangre (lactato sérico), incluso luego si se ha realizado un reemplazo adecuado del líquido. Este último signo, se asocia con la utilización errada del oxígeno por parte de las células.
Clasificación de esta patología
Esta patología se clasifica de acuerdo a la gravedad, la cantidad de órganos afectados, así como la respuesta al medicamento:
- Sepsis: se caracteriza porque en este caso, cuando se desarrolla la patología, no hay falla por parte de ningún órgano.
- Sepsis grave: Existe evidencia de que algún órgano ha desarrollado alguna falla. Además, se acompaña de tensión baja, que se corrige a través de la aplicación de tratamiento.
- Shock séptico: lo más relevante de esta patología es la los valores de la tensión descienden drásticamente, por lo que se hace necesario aplicar medicación de manera urgente. El tratamiento debe ser continuo e intenso.
Factores de riesgo asociados al SIRS
Existen un conjunto de situaciones que convierten a las personas, en sujetos potenciales para desarrollar esta patología. Algunos de los casos son:
- Los extremos etarios de la vida, es decir, en el caso de personas muy jóvenes o de edad avanzada.
- Personas con el sistema inmunológico seriamente comprometido. O con padecimientos como diabetes o cirrosis.
- Pacientes hospitalizados en alguna unidad de cuidados intensivos de un hospital. Además el caso de personas con heridas o lesiones, como quemaduras o que posean dispositivos invasivos, dentro de los que se incluyen catéteres intravenosos o sondas de respiración.
- Pacientes que hayan sido tratados de forma previa con antibióticos o corticosteroides.
Causas del síndrome de respuesta inflamatoria sistémica
Las causas de esta patología a menudo son diversas. Algunas de las más comunes son:
Infecciones: este tipo de patología a menudo es uno de los principales desencadenantes del síndrome de respuesta inflamatoria sistémica. En la mayoría de los casos son infecciones que afectan al sistema urinario y respiratorio, sin embargo pueden ser ocasionadas por cualquier tipo de germen como bacterias, virus y hongos, así como por endotoxina circulante.
Con frecuencia existen un conjunto de enfermedades como: padecimientos tromboembólicos, reacciones alérgicas de gravedad, enfermedades autoinmunes, pancreatitis aguda, traumatismos múltiples, infarto al miocardio, cáncer y otros que aumentan la probabilidad de padecer esta patología. También puede ser causado por cirugías invasivas.
Agentes físicos y químicos: dentro de este grupo encontramos: las radiaciones, quemaduras extensas, las drogas, exposición a pesticidas, así como picadura de escorpiones y arañas,o mordeduras de serpientes.
Tratamiento para el síndrome de respuesta inflamatoria sistémica
En los casos en los que se aplica un tratamiento temprano y agresivo las probabilidades de sobrevivir a este padecimiento se incrementan. Toda persona que padece este tipo de patología a menudo requiere un control minucioso y tratamiento principalmente en la unidad de cuidados intensivos de un hospital. Para solventar este tipo de padecimiento, se hace necesario tomar un conjunto de medidas que permitan salvar vidas, con estas se busca estabilizar la respiración y la función cardíaca.
Medicamentos
Antibióticos:es importante tener en cuenta que, el tratamiento con antibióticos debe iniciarse de inmediato, una vez que ha sido diagnosticado. Con frecuencia el tratamiento se inicia con antibióticos de amplio espectro, debido a que estos resultan bastante efectivos contra varias bacterias. Es recomendable que sean aplicados por vía intravenosa.
Una vez que se han obtenido los resultados de los análisis de sangre, el médico puede hacer un cambio de antibiótico, hacia uno más específico, que permita combatir de manera eficiente las bacterias.
Líquidos intravenosos: con frecuencia las personas que padecen de este síndrome, reciben líquidos vía intravenosa, cada tres horas.
Vasopresores: este tipo de medicamentos, son administrados, en los casos en los que, la presión arterial permanece demasiado baja incluso después de haber recibido por vía intravenosa los líquidos. Este tipo de medicamentos actúa contrayendo los vasos sanguíneos de manera tal que ayuda a aumentar la presión arterial.
Existe un conjunto de medicamentos que, pueden contribuir en la mejora de las condiciones de salud del paciente con sepsis, dentro de este grupo de medicamentos podemos mencionar: dosis bajas de corticosteroides, insulina la cual permitirá mantener estables los niveles de azúcar en sangre, así como analgésicos o sedantes.
Cirugía
Este tipo de proceso, solo se aplica cuando se requiere no existe otro método para lograr que ceda infección en la zona afectada.
Complicaciones asociadas con esta patología
Como ya se ha mencionado, la sepsis varía de acuerdo con su intensidad, es decir, va de menos grave a más grave. A medida que la sepsis se agrava, disminuye el flujo sanguíneo a órganos vitales dentro de los que se incluyen: el cerebro, el corazón y los riñones, causándoles daño irreversible.
Otra de las complicaciones que, con frecuencia se presenta en este síndrome es el desarrollo de coágulos de sangre a nivel de los órganos y en los brazos, las piernas, así como en los dedos de las manos y de los pies, provocando esto varios grados de insuficiencia de órganos así como una posterior muerte de tejidos.
La gran mayoría de las personas se recupera de una sepsis siempre y cuando esta sea leve. Sin embargo, la tasa de mortalidad promedio del choque séptico gira alrededor del 40 %, empeorando con la posibilidad de padecer infecciones en el futuro.
Referencias |
- Síndrome de respuesta inflamatoria sistémica. Wikipedia. Consultado en marzo de 2019.
- Systemic Inflammatory Response Syndrome. ScienceDirect. Consultado en marzo de 2019.
- Sepsis (systemic inflammatory response syndrome; SIRS). MyVMC Virtual Medical Centre. Consultado en marzo de 2019.
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